lunes, 11 de julio de 2016

Críticas: Proyecto D. Reglamentario Art. 30-capítulo V Acuerdo 641/2016

Hechas las observaciones en la reunión adelantada en la unidad de prestación de servicios de Engativá sobre el proyecto de Decreto que reglamenta el artículo 30 del capítulo V del Acuerdo 641 de 2016 hacemos las siguientes precisiones[1] a los:

Esencia del contenido de los Considerandos

1.    Lo definido como «Pilares estructurales para alcanzar la felicidad para todos: igualdad en la calidad de vida, democracia urbana y construcción de la comunidad… busca desarrollar un esquema de promoción de la salud y prevención de la enfermedad… basándose en una estrategia urbana de atención primaria en salud resolutiva»
Los pilares mencionados nada tienen que ver con la realidad de la política pública en calidad de vida, democracia urbana y construcción de la comunidad, pues lo que busca es lograr la plenitud del derecho al negocio en lo:
·         Inmobiliario, por eso se dedica a las obras, a las urgencias, pues ahí es donde más dinero gana la atención física en salud
·         Desconoce la ley 735 de 2002 que da una real posibilidad de implementar un derecho a la salud en el país y en Bogotá, pero esa norma jamás se menciona por los mercaderes del negocio de la salud desde la expedición de la ley 100/1993.
·         Se le ha preguntado al secretario de salud cuáles son las 10 principales causas de la morbi-mortalidad en Bogotá y cuáles son las medidas para superar esa situación, pero eso teme contestarlo el Secretario Distrital de Salud, le es inconveniente
2.    En Bogotá se desconoce el concepto de la OMS sobre derecho a la salud –ratificado por el Estado colombiano–, el cual es el máximo nivel de bienestar en salud física, salud mental, salud social o colectiva y salud ambiental.
·         Desconoce los tres últimos aspectos de la salud porque nunca serán un negocio para la Administración, que poco favorece la vida de los bogotanos, pues solo el que tenga acceso a la salud será quien pueda pagarla
·         El llamado paseo de la muerte en Bogotá subsiste, pues el SGSSS es eso, el derecho al negocio del capital privado, mixto o público, sobre el derecho a la salud y a la calidad de vida de la población capitalina.
·         La salud que deje de lado la salud física, social y ambiental jamás podrá considerarse como promoción de la salud y prevención de la enfermedad, entra en el campo de la demagogia o de la hipocresía política pública en salud.
·         «La APS resolutiva» quiere satisfacer el derecho a la salud con letras muertas de una resolución, pues solo una atención integral y un pleno subsidio a la oferta puede avanzar hacia la garantía de un derecho a la salud cierto.
·         La reducción de 22 ESE a 4 busca una concentración de poder financiero de intermediación que permita el pleno derecho al negocio, donde los beneficiarios iniciales serán los arquitectos partícipes de una campaña electoral victoriosa reciente.
·         El aseguramiento por su visión foquista, como todo foquismo es perverso, excluyente y antidemocrático, pues las encuestas SISBEN excluye cada vez más a los beneficiarios potenciales, entonces el foquismo es anti-derecho a la salud.
·         La participación comunitaria queda en el ámbito de hacer presencia, de un nivel consultivo, pero donde las decisiones son los dueños del capital de la salud en Bogotá, las intermediarias financieras o EPS.
3.    Las juntas asesoras comunitarias en relación con los integrantes de las juntas directivas de los hospitales retroceden en el principio constitucional de la participación, pues a diferencia de las juntas directivas apenas quedan con el papel de correveidile.
·         Las juntas asesoras comunitarias en relación a las juntas directivas pasan de su calidad de órgano decisorio a órgano asesor, que los directores científicos podrán tomar en cuenta las asesorías a su discrecionalidad.
·         En ese sentido el derecho a la participación en salud se ha vulnerado, cuando se deja un premio de consolación sobre lo que fue la junta directiva de los hospitales, que lograban algunos beneficios para la comunidad.
·         La Administración actual de Bogotá profundiza el modelo de «apertura» económica y privatizaciones, cual reductor de derechos de la población en general y a favor de los intereses económicos de quienes se apropian de los fondos públicos de la salud.
El Acuerdo 641 de 2016 está demandado ante una justicia que es derrochadora con los beneficiarios arrogantes y déspotas del derecho al negocio de la salud y cicatera con los sujetos del derecho a la salud.

Recomendaciones

1.    Organizar a las comunidades sujetas del derecho a la salud de manera independiente de los dictámenes de los defensores del derecho al negocio sobre los defensores del derecho a la salud en Bogotá.
2.    Avanzar en el debate comunidad institucionalidad en relación al bloque de constitucionalidad en cuanto al cómo debe ser la implementación del derecho a la salud, a la seguridad social y a la calidad de vida en general.
3.    Asistir a la elección de las juntas asesoras comunitarias y proseguir el debate allí, donde los criterios a llevar allá sean en defensa del derecho a la salud, así nos derroten los empresarios defensores del derecho al negocio.
4.    El debate da los elementos para hacer conocer a toda la población bogotana el engaño de la política pública en salud en Bogotá y el país, desde la imposición del SGSSS que privilegia el derecho al negocio.
5.    La ruta es larga, pero debemos comenzar contándole a todos los procesos sociales en salud sobre las nefastas implicaciones del SGSSS y su instrumento profundizador «anti-derecho a la salud conocido como Acuerdo 641 de 2016 del Concejo de Bogotá»
6.    El debate hay que sacarlo de los intramuros de las unidades prestadoras de servicios, de las 4 ESE y llevarlo a la opinión pública en general, pues debemos aprender de los logros a través de la discusión abierta.
7.    Aprendamos de nuestros compañeros agrarios campesinos, pueblos indígenas, pueblos negros y sectores populares, como los camioneros que han logrado reversar medidas antipopulares como grupos de presión, sostenidos en peticiones justas.
8.    El derecho a la salud es una consigna justa, relacionada con el derecho a la vida, pues los bogotanos siguen muriendo en los hospitales, aumentan los niños bogotanos que mueren de hambre, así saquen más decretos diariamente.

[1] Reunión realizada en Unidad Prestadora de Servicios de Engativá el día 5 de julio de 2016, son la asociación de usuarios y el Copaco Engativá

RESUMEN Y ANOTACIONES A PRÓLOGO DE EDUARDO SANTOS AL LIBRO DE INDALECIO LIÉVANO AGUIRRE TITULADO: «RAFAEL NÚÑEZ»[1]

Eduardo Santos le aceptó a Indalecio Liévano Aguirre (ILA) prologar su libro «Rafael Núñez», el cual entrega a los dos meses después sin un estudio reposado al joven de 25 años, incorporando en ese prólogo una serie de excusas como:
«Viajes imprevistos», «hondas crisis políticas todavía más imprevistas», y termina confesando son apenas unas «líneas apresuradas» al trabajo serio del joven, y busca congraciarse al felicitar al autor del libro por su primera salida al campo de la crítica histórica.
Luego de su confesada desatención a renglón seguido expresa que le preocupa el que las nuevas generaciones muestren poca voluntad para el «arduo empeño», afición a las «cosas superficiales y transitorias», de las que , agrega Santos «Indalecio se alejó»
Lamenta la inclinación del esfuerzo de «pequeña penetración» investigativa, en el «breve artículo improvisado y discurso aún menos improvisado», mientras a Indalecio Liévano Aguirre lo ubica desviado de esa práctica, al ahondar interpretaciones históricas y publicarlas.

Un prólogo que analiza lo personal y elude la vida social del país

Una tarea reflexiva, paciente que impone una ardua labor, muestra cómo Liévano ha desechado esos caminos fáciles, noble y audaz ambición ha lanzado un libro a la representación de vigorosas ideas nuevas y a enfrentar la crítica tempestuosa o vengativa.
Analiza desde la óptica liberal medio siglo que juzga al hombre más discutido y más aborrecido en las filas del liberalismo, con sentido literario, que «como escritor nato» evita el escollo de la «erudición excesiva» y la «retórica aparatosa»
Basado en los documentos oficiales, que van marcando la evolución del estadista Rafael Núñez, según Liévano, hechos públicos, características psicológicas que perspicazmente analiza en su poesía, de hombre privado y público, donde el estadista supera la abstracta pasión literaria.
La pasión de Núñez acervada por sus sentimientos y situaciones presentadas en lo más árido de la vida pública, descuidado como escritor, ajeno a los primores del estilo, usaba la poesía como expresión de su pasión volcánica.
El verso para él fue un grito de su temperamento en el amor, ambición, amargura y torturante vida pública, sus memorias nunca las escribió, pero su poesía comenta su vida y su acción.
Rafael Núñez
Círculos del Liberalismo Radical
Doctrinario
Pensador político
Organizador de las Instituciones
Pasión en marcha humana
(influenciada por todas las cosas grandes y pequeñas que afectan la vida de los hombres
Nunca lo comprendieron así y lo combatieron, priorizaron la agresión a la persona misma de Núñez
Despertaron en él así todos sus ímpetus de combate, de sentimientos de venganza
Descuidaron demasiado las ideas del político y en cuanto en ellas había de fecundo y realista
Se empeñaron en combatir a un hombre que resultó más peligroso cuanto más acosado
ILA inicia una reconsideración-rectificación a como se ha juzgado a Núñez desde su historia política-economía política del Siglo XIX, modificando conceptos aparecidos como evidentes, donde el interés de los partidos políticos se guiaban por apariencias que desfiguran la historia.
ILA presenta una interpretación distinta de la Administración de José Hilario López e iniciación del Gobierno del General Obando, critica –censura por razones y motivos liberales– a quienes eran exponentes del liberalismo en muchas de sus orientaciones y campañas.
Al padre de la Regeneración: Indalecio Liévano Aguirre quiere censurarle –por motivos y razones liberales– muchas orientaciones y campañas de quienes figuraban como exponentes del liberalismo, a lo que Eduardo Santos retoma su apreciación de Núñez y manifiesta:
¡Cuántas veces en la historia las apariencias resultan totalmente opuestas a las realidades y los hombres aparecen obrando a la sombra de banderas fervorosamente agitadas en forma contraria a lo que esas banderas deberían significar! Los acontecimientos, como las indomables corrientes marinas, suelen muchas veces llevar a los hombres a lugares y situaciones que no figuran en su itinerario y no es raro el caso de que ni siquiera se den cuenta clara de ello. Es la posteridad inteligente la llamada a establecer la verdad y a explicar lo que nunca muchas veces parecía inexplicable.[2]
La trágica equivocación de los radicales ocurrida entre 1876-1886, a pesar de sus excelsas cualidades morales, pero adolecían de un fanatismo y de una intransigencia que a todos los colombianos nos costó caro, es la apreciación manifestada por Santos.
Cuando Núñez preconizaba reformas –anheladas por la población– los Radicales rechazaban lo que viniera de su enemigo, así fueran propuestas de conciliación y acuerdo fundamentalmente vinculado a la política liberal desde programas reformistas buscando el concurso de sus antiguos copartidarios.
Se repetía aquella historia, cuando el Libertador en sus últimos días decía: «El no habernos compuesto con Santander nos ha perdido a todos», iluminaba así los hechos políticos de los últimos días de la Gran Colombia.
Núñez entendió que de continuar la Federación daría al traste con la República y las Instituciones creadas para contener impulsos cesáreos del general Mosquera configuraban un Régimen de desorden que contrariaban los deseos de vida regular y progresista del país.
Muchas de las páginas de la reforma política correspondían a las necesidades de las realidades oligárquicas, percibidas desde el vigor intelectual y comprensión correspondiente de Núñez, y esas reformas deberían ser conducidas e implementadas por quien las representaba.

¿Qué pasa cuando de la controversia política se pasa a la venganza personal?

A la comprensión de la validez que pudieran tener las reformas de Núñez respondieron el fanatismo Radical, la fuerza de los hechos –armas, acusaciones por traición al liberalismo–, del temperamento del ofendido trajo las consecuencias desafortunadas y conocidas históricamente.
Los conservadores llenaron con astucia política el espacio dejado por el Radicalismo Liberal, Según Santos, con los señores Caro, «pensador de hondísima raigambre» y Carlos Holguín, que llevaron al hombre de El Cabrero a unas playas de recia urdimbre reaccionaria.


«…como era un hombre de tormentosas pasiones y no un frío estadista enamorado de unas cuantas ideas generales… esas pasiones lo llevaron a extremos que él mismo no había previsto y contra las cuales ya no quería o no podía reaccionar»[3]
El afán de Núñez por superar lo que consideró persecución a la Iglesia hizo favorecer una Institucionalidad de conservadores y nacionalistas, despótica, teocracia e inquisidora que profundizó el oscurantismo en el país, desde una Regeneración excluyente y sectaria.
Situación que condujo a la «Guerra de los Mil Días», impuesta por el régimen terrateniente, clerical que reprimía rabiosamente cualquier progreso ideológico en Colombia, por eso la «algarabía anterior –1863-1884– fuera sometida con la ley del silencio –1886-1899–»[4]
El señor Santos elude mencionar que la guerra de los Mil Días impuesta por un Estado teocrático, excluyente, discriminador, entregó un departamento (Panamá) a Estados Unidos de Norteamérica para birlar la competencia política del «liberalismo radical», pero arguye:
[Él]… conoció el error y la amargura de lo que Montalembert llamaba «triunfar demasiado» que otros más reciamente doctrinarios que él… aprovecharon de su victoria y lo llevaron de un exceso a otro exceso y de los errores del libertinaje y del sectarismo a los errores del sectarismo y de la reacción autoritaria.
«Que sea atendida esta invitación juvenil al análisis documentado de nuestra historia política es el deseo que formulo, al saludar en Indalecio Liévano Aguirre a una de las mejores promesas de las nuevas inteligencias colombianas»[5], así cierra su prólogo.

Para qué traer a cuento el prólogo de Eduardo Santos

La Constitución de 1863 fue la del Olimpo Radical y la Constitución de 1886 enterró la ideología liberal, en 1930 triunfó un liberalismo, pero éste había dejado de ser radical, pues se había mimetizado esgrimiendo la ortodoxia conservadora y clerical.
La idea de los nacionalistas aupada por Núñez se fue consolidando a través de las distintas administraciones Nacionales del país, como en la denominada violencia liberal-conservadora (1984-1953), donde se despojaron 350.000 hectáreas de tierras al campesinado.
Como la violencia liberal-conservadora era alimentada por los compadres Laureano Gómez y Alfonso López Pumarejo pero nunca se afectaron intereses de uno u otro, permitió que en España se volviera a configurar el partido Nacional, más conocido como Frente Nacional.
Partido que se consolida luego de la Constitución de 1991 con el Gobierno de la Unidad Nacional y una supuesta «Prosperidad para Todos», para los que están por el saqueo del país, la destrucción de la producción y soberanía Nacionales.



Comenzamos un debate histórico desde esta evaluación del prólogo de Eduardo Santos, o sometimiento ideológico liberal a intereses de la clase terrateniente en sus Gobiernos (1930-1946) donde su pragmatismo significó la conformación de una «institucionalidad oligárquica liberal-conservadora» aun vigente.



[1] Prólogo de Eduardo Santos al libro de Indalecio Liévano Aguirre (1944-VIII-12): «Rafael Núñez» Impreso (1973-V-29) en los talleres de «Legislación Económica Ltda.», 3ª Edición de la obra, publicada en 1946. Sin especificar lugar de la Edición.
[2] Ibídem
[3] Ibíd
[4] A.
[5] A.