viernes, 30 de diciembre de 2011

RESISTENCIA CIVIL A RECOLONIZACIÓN ECONÓMICA DEL PAÍS

Introducción

La organización social colombiana cuando diseña su acción —plan de trabajo— como si fuera parte integrante real y activa del Estado se equivoca, al desconocer su imposibilidad de acceder a los espacios donde se toman las decisiones en el diseño de las políticas públicas o en la elaboración de los planes de desarrollo de las administraciones diseminadas por las distintas unidades territoriales del país.
Esa situación se observa en la mayoría de los Estados del planeta con el desmonte paulatino del denominado «Estado de Bienestar» en Europa, Estados Unidos y otros donde se había avanzado de manera importante en ese sentido, lo cual ha generado en varios continentes enormes movilizaciones sociales, al punto que algunos gobernantes han sido remplazados por otros, sin que a la fecha, ninguno de esos movimientos haya logrado cambios en el modo de producción imperante en ninguno de los países donde se han presentado esas luchas sociales. Pero los capitalistas del mundo están temerosos.
El crecimiento del apetito desmedido de acumulación ocurrió luego de la caída del principal competidor de «occidente» a finales de los 1980, la Unión Soviética, con lo que se crean las condiciones de la caída del muro de Berlín y generación de un nuevo equilibrio en el orden del poder mundial, ya sin el que unos denominaban «campo socialista» y otros «campo social imperialista soviético» donde se destaca el hecho de que en 1960 la República Popular de China y Albania se marginaron de ese campo.
La nueva situación internacional dio vía libre a la aplicación de la ley económica fundamental capitalista, la sobrexplotación de la fuerza de trabajo, al arrancarle una mayor plusvalía al trabajador, al prolongar la parte de la jornada de trabajo que el capitalista no le remunera al trabajador, mientras reduce la parte de la jornada con que paga la fuerza de trabajo. Esa es la aplicación del concepto de mano de obra barata.
Esa realidad, la de que la ganancia del capitalista en general solo se obtiene con la plusvalía obtenida con la explotación de la fuerza de trabajo de las personas explotadas y de quienes laboran bajo la figura a destajo en las maquilas. Como la fuente de la riqueza de las sociedades donde impera el modo de producción capitalista, sea en su fase inferior de libre mercado, que dejó de existir en lo fundamental en la última década del siglo XIX, sea en su fase superior, la de los monopolios, donde los países ricos explotan a sus propios pueblos y a los pueblos de los países que sojuzga y mantiene bajo su dominio. Esa ley deducida científicamente por los maestros del proletariado, Marx y Engels, ahora se expresa en la obtención de mayores beneficios y de la concentración monopólica de los mercados existentes en el planeta, mediante la explotación, la ruina y la depauperación de la mayoría de los habitantes del país dado, mediante el avasallamiento y el saqueo sistemático de los pueblos y riquezas del subsuelo de otros países, principalmente de los países atrasados y, por último, mediante las guerras y la militarización de la economía nacional o recolonización económica de pueblos y países enteros por los países ricos, a fin de asegurar éstos los máximos beneficios.
Los países pobres, que lo son, por las imposiciones de los países ricos, reforzadas con la firma de convenios de aquéllos con entidades multilaterales como FMI, BM, OMC, hacen someter sus planes de desarrollo a la entrega ascendente del mercado interno del país, a la privatización agresiva de las empresas estatales de servicios públicos y de producciones estratégicas a las multinacionales de los países ricos, a la vez exigen el aumento de la concentración de la propiedad de la tierra a costa de la vida de la economía campesina, del desplazamiento forzado por la violencia de cuatro millones de personas, por las masacres de campesinos, comunidades indígenas, afro descendientes, como es el caso de Colombia, donde las tierras apropiadas por las multinacionales para extraer las riquezas del subsuelo sobrepasan las seis millones de hectáreas que eran el patrimonio de un millón de familias intimidadas. Esa violencia favoreció la geopolítica imperialista de generar políticas nacionales de autoabastecimiento al consumo interno, de desarrollo de nuestra producción nacional.
Esa geopolítica internacional utiliza a países serviles al imperialismo —Israel— que se protege con las ojivas nucleares de la OTAN, que a su vez está comandada por el ejército de los Estados Unidos de Norteamérica. Ahora EEUU busca integrar a algunos países asiáticos a la OTAN para enfrentarse mejor a China y someter a India, también busca integrar a países africanos a la OTAN para someter al mundo árabe en África, apropiarse de todas las riquezas de su subsuelo, como ocurrió en Libia en 2011
El Consenso de Washington, formulado por John Williamson en noviembre de 1989 refleja lo entendido por el imperialismo como «política de reformas» donde incluye una lista de diez políticas[1] que impusieron a los países de América Latina, luego de los resultados favorables obtenidos por los países ricos se difuminó por el planeta para enfrentar una y otra de las crisis provocadas por la ambición imperial y, luego le endosa el pago de los desastres a los pueblos de los países pobres y si no les alcanza ferien los bienes del Estado del país dado. Esa estrategia afinada por Washington, DC e instituciones como el FMI, BM y Departamento del Tesoro de EEUU, se aplica también por la Unión Europea a países de Europa Oriental, así como a Grecia, España, Irlanda, Portugal, generando esa situación luchas sociales contra esas políticas imperialistas de beneficio exclusivo de los grandes centros financieros mundiales.
Las políticas de Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica y Márgareth Tatcher, Primera Ministra Inglesa, en los 1980 se dieron al compás de niveles ya incontrolables de corrupción causados por Nomenklatura en el Partido de Gobierno de la Unión Soviética, desde 1958 y acabó con la URSS 1991. Luego el mundo conoció el potencial de la mafia rusa en el proceso de degollamiento de la patria socialista desde cuando asumió el mando sin contradictores de peso el señor Nikita Khrushchev, que ordenó la construcción del muro de Berlín en 1961 y solo pudo derrumbarse en 1989. Se habló entonces del fin de la historia, de que las tesis del socialismo perdieron toda vigencia.
En ese ambiente hostil a las ideas emancipadoras se da la toma del Palacio de Justicia, con el sugestivo nombre de «Operación Antonio Nariño por los Derechos del Hombre», que le dio el grupo de asalto M-19, el 6 de noviembre de 1985. Cuando los Estados Unidos promovían una nueva Constitución Política en Colombia, mientras se enorgullecían de los 200 años de la Constitución Estadounidense el 17 de septiembre de 1987. La Corte se negó a aprobar una Constituyente violatoria de la Constitución de 1886 que estaba por cumplir los cien años. En 1988, George HW. Bush lanzó una política exterior caracterizada por las operaciones militares en Panamá y el Golfo Pérsico.
Luego de la masacre de parte de los integrantes de la Corte Suprema de Justicia se dio la desmovilización del grupo M-19 el 9 de marzo de1991, se aprobó la Asamblea Nacional Constituyente el 5 de febrero de 1991 y el 4 de julio, día de la Independencia de Los Estados Unidos de Norteamérica, se promulga la Constitución de 1991 y el presidente César Gaviria Trujillo da la «bienvenida al futuro», mas no al pueblo de Colombia sino a las multinacionales para que saqueen a Colombia a su gusto. Pues esa Constitución acogió los lineamientos del Consenso de Washington y los partidos que rubricaron su promulgación fueron cómplices de esa agresión contra la patria. Solo el Moir denunció esa acción apátrida, pero hoy vemos a ese movimiento acompañando al coro de los defensores de la Constitución de 1991 o al menos guardando un silencio prudencial a los descalabros que a diario ocasiona.
Es conveniente romper el silencio y decir que el señor Gustavo Petro, ex integrante del M-19 y figura política del proceso subsiguiente a la masacre de personas integrantes de la Corte Suprema, nunca ha dejado de ser favorecedor de los intereses del imperialismo norteamericano en nuestro país y tal vez continuará el nuevo burgomaestre de Bogotá. Consideramos algunos sectores que se avanzará con él el proceso de privatización de los siete hospitales que cobija la Zona Franca en Salud en el Centro de la Capital de la República, se acelerará la privatización de la ETB, se seguirá  cooptando desde la Secretaría Distrital de Salud (SDS) al movimiento social en salud de Bogotá con el apoyo de algunas ONG, como  ocurre desde hace ocho años con las argucias y cancamusas de la Corporación Grupo Guillermo Ferguson y otros contratistas pro privatizadores privilegiadas por la SDS. Esperamos que la actitud intimidatoria de un familiar de la directora de la Oficina de Participación y Atención al Ciudadano de la SDS se prohíba, por expresar una tendencia fascista propia de «falanges» al servicio del Estado.
Llamamos a los bogotanos a conformar el más amplio y diverso frente de resistencia civil contra el modelo de «apertura» económica y privatizaciones  —léase de recolonización económica—  en Bogotá y por la defensa de la producción y soberanía nacionales, por la defensa de las normas de la democracia, por la defensa de las reivindicaciones sociales y contra todo tipo de violencia venga de donde viniere.
Para avanzar en ese frente debemos entender que desde la Constitución de 1991 el establecimiento está al servicio del gran capital y en contra de los intereses de la población colombiana, por eso debemos unirnos y evitar que nos sigan engañando con unos derechos consagrados en la Constitución pero inaplicables si no se da la sostenibilidad fiscal, que jamás se dará. Por ello la garantía del derecho a cargo del Estado queda supeditada a los recursos que le quiera girar las multinacionales amparadas con las cinco bases militares asentadas en Colombia. Entonces la salida es buscar la unidad con los pueblos del mundo contra la agresión del gran capital y sus grupos de choque, las multinacionales.
Bogotá, 1° de enero de 2011


[1] Disciplina presupuestaria (los presupuestos públicos no pueden tener déficit); Reordenamiento de las prioridades del gasto público (el gasto público debe concentrarse donde sea más rentable); Reforma Impositiva (ampliar las bases de los impuestos y reducir los mas altos); Liberalización de los tipos de interés; Un tipo de cambio de la moneda competitivo; Liberalización del comercio internacional (trade liberalization) (disminución de barreras aduaneras); Eliminacion de las barreras a las inversiones extranjeras directas; Privatización (venta de las empresas públicas y de los monopolios estatales); Desregulación de los mercados; Protección de la propiedad privada

domingo, 25 de diciembre de 2011

PROSPECTIVAS DE LA LUCHA CAMPESINA COLOMBIANA


GONZALO WOHLMEYER GÓMEZ
Bogotá, 4 de  septiembre  de  2011
Quince mil personas deliberaron en el Encuentro Nacional de Comunidades, Afro descendientes e Indígenas por la Tierra y la Paz en el municipio de Barrancabermeja (Santander), realizado del 12 al 15 de agosto de 2011, donde la consigna fue: «El Diálogo es la Ruta» La Mesa de Unidad Agraria, de la cual hace parte Festracol[1]-CTC, presentó ahí mismo el Proyecto de Ley de Reforma Agraria y Desarrollo rural elaborado por el conjunto de organizaciones campesinas, indígenas, negras y populares, la cual se está presentando en el espacio del Congreso de la República y en los campos de Colombia.
En el Encuentro de Barrancabermeja se conocieron datos estadísticos nacionales de concentración de la propiedad de la tierra, de los ascendentes niveles de miseria, violencia, muerte y desolación producto del saqueo o expropiación de la tierra al campesinado, así como la decisión de contrarrestar ese estado de cosas por parte de la organización popular existente en el país.
En Colombia la situación de guerra contra la producción agropecuaria nacional, ha logrado el objetivo del despojo de la tierra campesina, dejando como resultado que nuestro país ocupe el deshonroso cuarto puesto de inequidad en la distribución de la riqueza de los países del Mundo y primero en el continente Americano, donde se destacan los niveles de inequidad social urbana y rural (Cuadro 1), miseria (Cuadro 2), despojo (Cuadro 3) violencia estructural —falsos positivos—, muerte[2], desapariciones forzadas[3] e impunidad[4] de la que gozan los paramilitares —ahora denominados Bacrim—, principales victimarios de los campesinos, sindicalistas, estudiantes y mujeres[5].
CUADRO 1
Grado de Concentración de la Tierra en Colombia
AÑO
PROPIETARIOS
PROPIEDAD DE LA TIERRA
2009
006 %
51,51 %
78,76 %
5,27 %
CUADRO 2
Situación del Campesinado Colombiano
AÑO
BAJO LA LÍNEA DE INDIGENCIA
BAJO LÍNEA DE POBREZA
2010
82 %
95 %
1984
50 %
25 %
CUADRO 3
Tierras Campesinas Despojadas
PERÍODO
DESPOJO
SUPERFICIE AGROPECUARIA DEL PAÍS
1980 a 2010
6’650.000 hectáreas (12,9 %)
51’550.388 hectáreas (100,0 %)
Causas de la situación encontrada
La política de desarrollo rural en Colombia desde 1991 ha profundizado los privilegios, sin interrupción alguna, de las multinacionales a cambio de la pérdida de los derechos del campesinado y despojo a sangre y fuego de sus tierras, traduciéndose esa política en el desplazamiento forzado de más de cuatro millones de personas, desarticulando así la mayor parte de la producción de alimentos en el país, permitiendo la importación premeditada de más de diez millones de toneladas de alimentos en 2010, cuando en 1991 el país importaba un millón de toneladas de alimentos y materias primas agropecuarias. Eso significa que en los últimos veinte años dio resultado la estrategia estatal de destrucción de la producción rural en Colombia a favor del interés de los comerciantes internacionales de alimentos provenientes de los excedentes agrícolas de países fuertemente subsidiados, como es el caso de los Estados Unidos de Norteamérica[6].
Ahora esas tierras que eran del campesinado, de las comunidades indígenas y de las afro descendientes  se producen alimentos que sirven de materia prima para la producción de biocombustibles o se adelantan exploraciones y explotaciones de las riquezas mineras y minero energéticas, donde esas explotaciones dejan agotadas las fuentes de agua de los suelos donde se extrae las riquezas que son de todos los colombianos, quedando esas superficies de explotación en terrenos desérticos y la población en una miseria peor aun. Esos hechos ocurren al amparo de la Constitución Política de Colombia de 1991, pues ésta abre las compuertas al proceso de recolonización económica del país por parte del imperialismo Norteamericano y de los nuevos centros de poder en el Planeta, donde se destaca la potencia China. Dado que sus principios de participación, democracia, descentralización implican igualdad de requerimientos legales a la inversión nacional como a la extranjera. Con lo cual a los campesinos colombianos se colocan en una situación de competencia desleal frente a los productores subsidiados de Norteamérica.
Propuesta de cambios a la producción rural colombiana
El Proyecto de Ley elaborado por le Mesa de Unidad Agraria propone la creación de un «Consejo Nacional de Desarrollo Rural Integral», donde la presencia institucional allí esté acompañada por un número similar de representantes campesinos, quienes estarán encargados de elaborar un Plan para el Sector Rural a presentar en el Conpes, donde se aprueba la inversión nacional para el campo, la definición de los criterios del uso del suelo, la preservación de las fuentes de agua y su uso como parte del sostenimiento de los ecosistemas donde se adelante la producción agrícola, pecuaria, forestal, así como la explotación minera, petrolera y recursos naturales renovables y no renovables; los criterios e instrumentos utilizados en una estrategia de reserva natural o cultural campesina, encargadas de definir criterios e instrumentos a ser aplicados en la destinación de los suelos rurales para los diferentes fines.
Creación de una entidad impulsora de un ordenamiento social de la propiedad que adelante una redistribución democrática, capaz de garantizar una seguridad alimentaria, con base en la producción nacional agropecuaria, vale decir, con un autoabastecimiento rural pleno.
Este proyecto de ley de iniciativa popular y campesina se soporta en el encauce de un frente de resistencia civil lo más amplio y diverso posible por la seguridad alimentaria nacional, por la defensa de la producción y soberanía nacionales, de las normas de la democracia, de las reivindicaciones sindicales, cívicas y populares y contra la política Estatal de «apertura» económica y privatizaciones, contra todas las formas de violencias extremistas, terroristas u otras, vengan de donde vinieren.
Solo así las políticas agrarias superarán las aseveraciones engañosas, como las de la Presidencia de la República (Agt.03.11), cuando el señor Juan Manuel Santos Calderón afirmó que con la política de tierras «se está cambiando la faz del país y se está haciendo un verdadera revolución en Colombia (…) el esfuerzo en materia de titulación y restitución de predios a los campesinos desplazados ha sido monumental» Sin embargo las cifras presentadas en el cuadro siguiente desmienten al actual Gobierno[7]:
Primer año rural Administración Santos frente a Promedio 20 años anteriores, otras administraciones
Intervención tierras
Hectáreas
Gobiernos últimos 20 años (Ha) en promedio
Variación
Generalidades tierras
361.539
991.913
En esas especificaciones hay una menor respuesta del Gobierno de Santos frente a las distitntas administraciones de los 20 años anteriores
Resguardos indígenas
109.107
343.257
Comunidades Negras
6.630
260.784
Titulación de Baldíos
226.996
342.460
Restitución
2.535
2.499
D. Nal Estupefacientes
1.902
768
Restitución
14.278 (562 familias)
0,0
Supera a gobiernos ant.
Compra Directa
0,0
41.647
Desentendimiento total del Gobierno de Santos
Subsidio Integral
0,0
4.978
El movimiento campesino y popular debe derrotar la amenaza del Ministro de Agricultura de que: «los TLC van porque van, sin importar sus consecuencias para el agro», que «el programa de Santos de subsidiar las grandes explotaciones agropecuarias y el rumbo del desarrollo del agro colombiano lo deja en manos de los banqueros, donde la entrega de los baldíos se hará a monopolios privados nacionales y extranjeros» La salvación de Colombia exige desenmascarar esa política Estatal de recolonización económica del país y de entrega del territorio rural y fuentes de agua al gran capital.


[1] Federación sindical de Trabajadores Agrarios de Colombia (Festracol), organización agraria afiliada a la CTC
[2] 50.000 asesinados (masacres, torturas, muertes selectivas, otras) de la población civil en las últimas dos décadas
[3] 49.000 desapariciones de 1942 a la fecha
[4] Los niveles de impunidad sobrepasó el 95 % en Colombia desde los años 1980
[5] 116 mujeres han sido asesinadas en Antioquia desde hace un año. donde al parecer el 20 % de ellas eran cabeza de familia
[6] El subsidio a la producción agrícola norteamericana es de más de un millón de dólares diarios, unos cuatrocientos millones de dólares al año
[7] Ver los datos oficiales de entregas de tierras en el siguiente sitio Web: http://bit.ly/mPBnLN

sábado, 2 de abril de 2011

ACCIÓN DE UNIDAD SOCIO ECONÓMICA POPUALR

PROBLEMÁTICA AGRARIA Y SALIDAS VIABLES A ÉSTA

Insumo para el plan de trabajo en 2011 Seccional CTC Bogotá-Cundinamarca y para el plan de trabajo Festracol—CTC
Gonzalo Wohlmeyer Gómez
Bogotá, 26 de enero de 2011
Involucrémonos en actividades de resistencia sindical, cívica y popular campo-ciudad
Encontramos una bajamar en las actividades de la organización rural y un ascenso de las dinámicas foráneas por la explotación de agro combustibles en millones de hectáreas, saqueo de recursos naturales minero energéticos en vastos campos, bosques y parques ambientales de Colombia, mientras nuevos procesos populares, como ocurrió en la movilización del 18 de noviembre de 2010 en Bucaramanga por la rabiosa agresión de las empresas mineras contra las poblaciones ubicadas en las áreas de exploración y explotación. Generó el grito del lema de lucha popular: «No queremos oro, no queremos mina, queremos agua pura y limpia»
Diversos sectores —sociales, entidades privadas de profesionales e investigadores, entidades públicas y privadas (académicas, Fenalco, entre otras) sindicatos y grupos políticos— se movilizaron el 18 de noviembre de 2010 para exigir al Gobierno Nacional, al Ministerio del Medio Ambiente y a la Corporación Autónoma para la Defensa de la Meseta de Bucaramanga (CDMB) la negación del otorgamiento de la licencia ambiental a la multinacional canadiense «Greystar Resources Ltd» para la explotación de oro y plata en el Páramo de San Turbán. Ante la inminencia del envenenamiento del agua por el uso diario de 40 toneladas de cianuro, afectando a unas 63 mil familias del área metropolitana de Bucaramanga. La CDMB debió sancionar en días pasados a esa multinacional por los malos manejos que ya hace de las aguas ácidas y desechos sólidos, producto de sus actividades, apenas en la etapa exploratoria.
En cuanto a la garantía del derecho al agua, la humanidad ha privilegiado el consumo de ésta para la satisfacción de las necesidades básicas humanas sobre las de explotación. Es decir, el Estado colombiano debe privilegiar los intereses de la población en el uso del agua para el acueducto metropolitano en Bucaramanga y municipios potencialmente afectados de la región sobre los intereses de la multinacional canadiense. Sobre esos conceptos del derecho internacional, suscrito por Colombia, los manifestantes exigieron a la gobernación de Santander la protección del páramo de San Turbán. Pues de no proteger esa fuente de recursos hídricos de manera clara y precisa, la población quedaría a merced de la fiebre del oro de los canadienses. En el ciberespacio aparece la «Greystar Colombia», al ser los dueños de la concesión por la que está compitiendo, con el visto bueno del Gobierno colombiano, con voces negativas en el Congreso de la República. La explotación minera industrial, por sus actividades de descapotado es imposible que sea sostenible y, comprometerse a ello es una franca irresponsabilidad. Irresponsabilidad vista por el Gobierno con una antipatriota obsecuencia.

De ahí la arrogancia de la multinacional contra el derecho al agua de quienes habitan ese sector y, por ello, los habitantes de los campos afectados están condenados por la acción de la Greystar a morir de sed o envenenados. Eso ha suscitado que en el mismo Congreso de la República haya sectores que exijan al presidente Santos negar el otorgamiento de esa licencia minera ante el desastre humanitario y ambiental que allí se ocasionaría.
Promovamos la articulación de los nuevos procesos populares en acciones más colectivas
La mina la Colosa en Cajamarca (Tolima) y la explotación carbonífera en el Páramo El Almorzadero (Santander) presentan situaciones similares. La explotación de oro de La Colosa afecta a la población de Cajamarca y once municipios más en Tolima, Quindío y Valle. En esa misma área de explotación se encuentra el volcán El Machín, con un incremento en su actividad en los últimos días, superior a las acostumbradas. Fenómeno que podría estar relacionado con las actividades de exploración, ya en ejecución. Allí las acciones ininterrumpidas de resistencia popular contra el daño ambiental causado por la explotación carbonífera, que afectaría a varios municipios de la Provincia de García Rovira (Santander) La experiencia de resistencia popular, ha mostrado que una de las estrategias más accesibles es la creación de zonas de reserva campesina. Con ello se ha logrado la defensa del territorio ante la amenaza de las concesiones mineras del Estado a multinacionales que vienen a explotar el carbón y diamantes de esa mina a cielo abierto. El caso emblemático ha sido la lucha a través de la norma que crea las zonas de reserva campesina por la salvación del Cerro de «El Almorzadero» hace ya más de una década.
La CTC debe propender porque la organización sindical oriente la lucha en defensa del patrimonio, medio ambiente, producción y soberanía nacionales, por la garantía del acceso pleno de los derechos fundamentales y conexos de la población de manera integral. Por esa razón, la tarea debe trascender la solicitud de algunos congresistas para la denegación de la licencia a la explotación de oro y plata en el páramo San Turbán, apenas en la parte del departamento de Norte de Santander. Es absurdo, también debe prohibirse esa explotación del páramo que se encuentra ubicada en el departamento de Santander. Esa denegación de licencias debe extenderse a las explotaciones de La Colosa en el volcán de El Machín, El Almorzadero y en todas explotaciones mineras energéticas que se estén licitando en el país.
La razón es simple. En todas esas explotaciones se hacen a un lado la prevención de las consecuencias que pudieran ocasionar a la economía del país en el futuro, por unas exiguas regalías que apenas le quedan al país, las cuales no pasan del 5 % de los reportes de las extracciones que hacen las multinacionales. Reportes avalados por obsecuentes funcionarios. Es hora de levantar la bandera de la defensa del patrimonio público y ambiental, de la producción y soberanía nacionales. Donde se muestre el impacto negativo de la producción de agro combustibles, la extracción minero energética adelantada por empresas multinacionales, asentadas en la actualidad por unas seis millones de hectáreas del país.
Pues solo de una propuesta agraria, soportada en la comprensión de la totalidad de la problemática colombiana, podría ser defendida por vastos sectores de la población rural. Pues solo un trabajo que muestre y sustente las falencias de cuanta promesa electoral aparece, animaría un debate nacional de gran envergadura en este año de elecciones. Si logramos materializar en actas de compromiso de los candidatos en apoyo a las propuestas populares. El asunto es que carecemos de las propuestas elaboradas en materia de organización, de ciclos de producción, distribución, cambio y consumo. Pues solo entrando en los debates locales, municipales, distritales y nacional podríamos convertirnos en un actor determinante en la toma de las grandes, medianas y pequeñas decisiones nacionales.
El actual modelo de desarrollo del país se asemeja a la persona que para sobrevivir venden litros de su sangre. Logrando su propósito en cortos espacios de tiempo, pues ese desangre continuo le ocasiona una pronta muerte por inanición. Ese es el contenido de la locomotora de la minería defendida por el señor Santos, la de acabar con cuanto yacimiento minero haya, así para ello deba llevarse todos los páramos o fuentes de agua y la vegetación que encuentre a su paso en el país, con lo que en pocos años apenas quedarían tierras desérticas y perdiendo la oportunidad de aprovechar nosotros mismos, los colombianos, en vez de subastarlas a menos precios a otros países. Entraremos en una situación tal que no habrá a que echarle mano. Será cuando las hambrunas arreciarán por todo el país, sin dinero para comprar alimentos y sin tierras cultivables, pues estarán en manos de norteamericanos, chinos, brasileros. En fin la suerte está echada. Es momento de reaccionar contra ese panorama tan lamentable.
Debemos adelantar una autocrítica a nuestro actuar por lo escaso de resultados positivos
El movimiento sindical atraviesa por una serie de situaciones adversas. a) unas virulentas contradicciones internas de sectores de la CUT, correspondientes al endoso que le hace el Polo Democrático Alternativo de sus enormes contradicciones burocráticas a esa Central, según las propias manifestaciones por los medios escritos de la Central Unitaria de Trabajadores. b) El espaldarazo que los medios masivos de comunicación le han brindado a la CGT, en cabeza de Julio Roberto Gómez. Es la forma de resarcir la obsecuencia de esa Central que se aleja de los intereses de los trabajadores y se pone de lado de los intereses de la oligarquía ramplona, acompañada con fidelidad por el reconocido esquirol, Angelino Garzón. Esas dos situaciones, la de la posible división en la CUT y la actitud quintacolumnista de la CGT en el movimiento obrero colombiano podría afectar a la CTC, donde personas contrarias a la «liberación obrera» vean con ojos de admiración el apoyo institucional a personas desleales que están al servicio de la oligarquía, en su propósito de condenar al pueblo de Colombia al hambre miseria y desolación. Esas críticas por la escasa convocatoria que los medios de comunicación le hacen a la CTC rayan en posiciones oportunistas y y anti patriotas, pues ponerse del lado del régimen es ponerse del lado de los intereses de las multinacionales y en contra del pueblo de Colombia. La unidad de los trabajadores debe darse alrededor del análisis de la situación concreta vivida por el país en los factores de unidad que han ido configurándose. En momento alguno en la crítica desubicada a la CTC, pues ésta ha sido recta, distinta por principio y dignidad a la CGT.
Privilegiando el régimen a la CGT de una parte incrementa la división en el movimiento obrero y de otra coloca a esa central en contra de los intereses de los trabajadores y a favor de los del gran capital. El premio a las traiciones de la CGT sería el nombramiento del Julio Roberto Gómez en el por resucitar Ministerio de Trabajo u otro que haga sus veces.
La nueva administración del Estado busca profundizar el modelo de «apertura» económica y privatizaciones —léase «recolonización» económica—, desde sus: «cinco locomotoras de crecimiento o cinco ejes programáticos» —Vivienda, infraestructura, minería, agrícola e innovación—, sin que a la fecha conozcamos un pronunciamiento crítico a profundidad de las centrales sobre esa propuesta gubernamental. Esa crítica la debe encabezar la CTC y sectores democráticos del país hacia el primer trimestre de 2011. Crítica construida de manera colectiva, desde un material de discusión, pliego o mandato ciudadano por la Salvación de Colombia.
Si bien las salidas teóricas tienen un inmenso valor, como es la de servir de guía para la acción, debemos acompañarla en su unidad dialéctica, teoría y práctica, pues la práctica además de actuar como su parte determinante, cumple el papel de corrector teórico permanente. La acción práctica inicial sería la incursión por parte de la CTC, en la formación de sindicatos de industria o por rama de actividad económica. Esa es una salida práctica a la organización de los trabajadores informales o vinculados al campo laboral a través de la tercerización.
Ahora se presagian los descuentos de salarios para los trabajadores del Estado que, tal vez, no lleguen a los damnificados, donde se anuncia además el incremento del cuatro al cinco por mil, a fin de atender las situaciones de desastre y emergencias. En fin, se da toda una serie de ajuste a las activas exacciones, supuestamente transitorias –para implantarlas– y luego se convierten en permanentes —luego de implantadas—, pues nos encontramos en un mundo donde cada vez son más frecuentes las crisis, que se descargan en los hombros de las poblaciones para asegurarle a las multinacionales el no descenso de sus ingentes ganancias. A eso es a lo que se le llama subsidiar al imperialismo con el patrimonio público nacional y el trabajo del pueblo.
Todos esos elementos nos deben motivar a incursionar en la toma de una conciencia de clase bien definida, avanzando así en la fuerza de las convicciones, construcción y organización de una nueva formación económica social, a implementar, con la convicción de la fuerza popular.
Elaboremos una pedagogía de la emancipación con una escuela de pensamiento alternativo
El primer paso para la incursión en el campo de la ideologización es el traducir la realidad en términos sencillos acerca de las razones materiales de la actividad productiva y el entorno político cultural de las condiciones en que ella misma se desenvuelve. Pues hay fenómenos que a simple vista no se asimilan en su real dimensión socioeconómica. Veamos:
Caso 1. En el año 2010 la producción industrial subió durante los primeros nueve meses del año apenas 2,8 %, cuando se preveía un incremento de un 4,5 para todo el año, sin embargo, las ventas del comercio ascendieron en ese mismo lapso de tiempo en un 18,6 % El consumo se incrementó al presentarse una menor incertidumbre laboral y un mayor acceso a los préstamos –vehículos, motos, autopartes, electrodomésticos, otros–, llegando a generar esa situación transitoria algunas variaciones en los hábitos de consumo de gruesos sectores en los distintos grupos poblacionales.
Los bienes demandados en su mayoría fueron productos procedentes de las importaciones, productos que se hicieron más accesibles ante la devaluación acelerada del dólar. Aquí se muestra la tendencia del Estado, cuando en momento alguno se preocupó por terciar hacia la priorización de la compra por parte de la ciudadanía de lo útil y necesario, si en realidad se quiere, por parte del régimen, del progreso ascendente de la Nación. Eso ya lo recomendaba en el siglo XVIII y XIX los ideólogos del liberalismo clásico, los economistas británicos Adam Smith y David Ricardo, creadores de la economía y de la macroeconomía respectivamente.
Eso muestra la tendencia patrocinada por el mismo Estado de priorizar el consumo de medios de consumo, haciendo a un lado la utilidad y la necesidad de acrecentar el consumo de medios de producción, con miras a hacer más competitivo el país en el concierto del mercado interno y externo, con el apoyo de la innovación técnico científica e industrial.
Según los parámetros burgueses el consumo directo, es el de satisfacción de las necesidades humanas básicas y el indirecto el que estimula el aparato productivo. El primero es el que genera la acumulación de capitales simples que no incrementan el volumen de inversión para fortalecer la industrialización. Por esa razón son el sustento de un bienestar relativo. La priorización de la importación de bienes de capital favorece y potencia el proceso productivo.
Lo anterior significa que el Estado prioriza la producción hacia afuera para abastecerse de los medios de consumo de afuera y favoreciendo el aparato productivo de bienes de producción extranjeros, como es obvio, en condiciones desventajosas para los nacionales que son sometidos a una competencia desleal. Lo cual agrava la torpeza de no fortalecer el mercado interno con la producción de bienes de capital o producción de medios de producción. La razón es el ansia del Estado por desindustrializar el aparato productivo nacional en la ciudad y el campo. Permitir a las multinacionales copar el mercado interno nacional y a la vez entregar las concesiones minero-energéticas para sostener la máquina del Estado, con sus dos componentes principales: la burocracia y las fuerzas armadas. Por ser éstas las garantes del poder de la clase dominante sobre el pueblo explotado. En términos coloquiales eso es vender el país para pasarla bien y a la espera de las migajas que el imperialismo les deje a sus capataces en las corporaciones de elección popular en el país a cambio de la miseria del pueblo.
El Estado posiciona al capital financiero internacional y desarticula al capital colombiano
En estos momentos, según cifras oficiales de entidades públicas y privadas, en promedio hay unas cuatro millones de personas víctimas del desplazamiento interno, ocasionado por la violencia política, económica y militar. Tres mil falsos positivos —según datos de la Fiscalía, que muestran, a la vez, un 99 % de impunidad—, 38.255 personas desaparecidas en los últimos tres años. 4.293 violaciones a los derechos fundamentales de los sindicalistas en los ocho años aciagos de la Administración de Álvaro Uribe, según datos de la Escuela Nacional Sindical, además durante ese período, se han amenazado a 2.513 trabajadores, se han asesinado 528, hay aun 33 desaparecidos, 534 desplazamientos forzados de trabajadores, 295 detenciones arbitrarias, 231 hostigamientos. En el año de 2010 fueron asesinados 41 sindicalistas.
Seis millones de hectáreas le han sido usurpadas con métodos violentos al campesinado colombiano. Donde la característica, según materiales publicados por el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, el ejército dispara y luego incrimina y, de esa acción no se salvan ni los niños, que antes de ser asesinados son violados y torturados según las denuncias de los campesinos contra el ejército colombiano. Es el espantoso caso de la violación de una niña en Tame Arauca que luego fue asesinada junto con sus dos hermanitos. En ese contexto el gobierno presentará un proyecto de ley de devolución de tierras mientras en distintas partes del país —amenazan, capturan, amarran a un árbol a los dirigentes de los movimientos por la recuperación de sus tierras, allí los torturan y luego los asesinan a piedra— a quienes adelantan actividades para reclamarlas. Ese hecho no debemos obviarlo de nuestro análisis de la situación vivida en vastas regiones de los campos colombianos.
El 22 de septiembre de 2010 la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció amenazas contra la población desplazada que luchan por recuperar sus tierras . Los ex paramilitares apenas han devuelto 6.600 hectáreas de más de 5 millones que les arrebataron. El ex paramilitar Jairo Castillo Peralta, alias Pitirri -ahora en el exterior y testigo protegido de la Fiscalía-, contó cómo se apoderaron de la tierra las autodefensas y sus socios: «Unos iban matando, otros comprando y otros legalizando»


DATOS SUMINISTRADOS EN UN DEBATE EN LA HONORABLE CÁMARA DE REPRESENTANTES DE COLOMBIA
PROPIETARIOS RURALES TIERRAS CULTIVABLES CAMPESINADO CARACTERÍSTICA
0,6 % 51,1 % 86 % Se encuentran en la pobreza
78,6 % 5,2 % 92 % Del total de los campesinos pobres están en la indigencia
Los brasileros y chinos estan interesados en comprar unas 400.000 hectáreas para la siembra de arroz en el piedemonte llanero. Los chinos emplearían todos los utensilios, insumos, herbicidas, abonos y otros traídos de su país, de esa manera evitan incrementar el mercado colombiano, pues su progreso está en relación directa a los capitales que engruesen el producto interno bruto de ese país, por eso procuran favorecer lo menos posible a Colombia.
La multinacional Mónica Semillas es propietaria de unas 13 mil hectáreas en la altillanura oriental del país. Ésta ve como una talanquera a la Unidad Agrícola Familiar (UAF) en su propósito de adquirir unas 300 mil hectáreas más en los llanos orientales.
El gobierno de Colombia pretende eliminar la UAF en cumplimiento de las recomendaciones del Banco Interamericano de Desarrollo, a la vez adelantó una inversión pública en infraestructura vial y de navegación fluvial del Gobierno de Uribe en beneficio de esa multinacional, a la que le proporcionó de manera graciosa, según el representante a la Cámara, Hernando Hernández Tapasco, subsidios de Agro Ingreso Seguro (AIS) y a la vez denuncia ese congresista que el Partido de la U manifestó: «Que una reina y uno que otro paramilitar se quedaran con recursos de AIS es de menor importancia»
Eso nos muestra la tendencia del desarrollo de la producción agraria, sin lugar a dudas, que se hace a las malas iniciando con las agresiones de las fuerzas paramilitares y consolidación de la política de la «Seguridad Democrática» o se hace a las buenas, a través de la entrega ilegal de las tierras del campesinado a las multinacionales. En todo caso el resultado es el mismo, el dejar al campesinado y a los colombianos en la miseria, hambre y desolación
En el municipio de Cachipay de la Provincia del Tequendama se presenta desde mediados del año una situación de hostigamiento paramilitar en ascenso a la población campesina. Encontramos proyectos de las multinacionales de apropiación de fuentes de agua que están anunciándose en las provincias del Tequendama y Sumapaz, complementados con un plan de logística de la Comisión Regional de Competitividad Bogotá y Cundinamarca, soportada en las cadenas productivas de exportación e importación, que en lo fundamental son manejadas por entidades multinacionales en el futuro manejo del mercado alimentario y apropiación de aguas.
Las dinámicas agropecuarias en Bogotá
Hay consideraciones hacia la garantía de mayores ingresos y mejores condiciones de vida a los productores campesinos, en busca del fomento a la producción y a la participación de la organización campesina y la defensa del territorio rural en el Distrito Capital, donde se impulsen las formas de gestión social ambiental, priorizando la actividad en zonas de reserva campesina. 121 mil hectáreas deben articularse, en un proceso de conservación de áreas protegidas, de estímulo a la producción de alimentos y reducción de los precios al consumidor. Proyecto que en esta legislación pasará a la plenaria del cabildo distrital para su aprobación.
Se adelantan, por parte de la Corporación estudios para determinar posibles áreas geográficas en el territorio rural donde, según ellos, se deben crear zonas de reserva campesina. Adelantarán unas asesorías y capacitación a la organización agraria, respetando su autonomía, cosa que a la fecha no es tan cierta. Se interesan por dar un impulso a la participación activa y efectiva de las organizaciones campesinas en la red de asentamientos rurales. La idea es que la CTC exija en esos espacios de decisión y desarrollo de la política pública de ruralidad distrital una presencia de la organización campesina con poder de decisión efectivo y permanente.
Actividades de la CTC seccional Bogotá y Cundinamarca en 2010 y 2011
La recopilación de información agraria se ha ido clasificando, máxime cuando el sector rural enfrenta como nunca nuevos desafíos para el campesinado y para los pequeños, medios e inclusive grandes productores y agroindustriales nacionales. Es el caso de la industria de productos lácteos, ´de ganado tipo carne, de granos y oleaginosas. En fin el listado es extenso.
La extensión agresiva de la explotación minera energética hace que las explotaciones se encuentren por la absoluta mayoría de los departamentos de Colombia, en las llanuras la producción de agro combustibles, en los valles la producción de caña de azúcar, con lo cual la producción en el sector rural se destina de manera prioritaria a la producción de combustibles. Eso significa que el interés de la producción en el campo no es a lograr el auto abastecimiento alimentario del país. Base fundamental de cualquier política de seguridad alimentaria. La seguridad que se busca por el gran capital es la producción de alimentos para el suministro de aditivos a los combustibles.
La situación descrita nos muestra que la peor desgracia para un país dependiente y sojuzgado es tener riquezas mineras, pues los países industrializados, con el concurso de sus multinacionales, se arrogan el derecho a apropiarse aprecios irrisorios de las riquezas de los países sojuzgados, bajo la figura leonina de las concesiones.
Hemos venido adelantando una actividad desde octubre de 2010 en los sectores minero energéticos, cuando derrotamos la tendencia que se oponía a organizar el sector de los campesinos mineros o mineros artesanales en el XXVI Congreso de la CTC. Esa tendencia favorable a los intereses de las multinacionales mineras está encabezada por el grupo autodenominado Moir Línea Francisco Mosquera, ha venido quedando desenmascarando su acción anti obrera y anti nacional. Por esa razón fue expulsado ese grupo de la organización bancaria afiliada a la CTC. En el sector rural esa tendencia mantiene una actividad muy dinámica en el municipio cundinamarqués de Cachipay. Esa tendencia a la vez señala a los compañeros de Adusep Soacha como guerrilleros camuflados. Esa acusación jamás pudo demostrarla la dirigente de ese grupo del Moir, señora María Esperanza Beltrán Duarte, que labora en una multinacional ubicada en el parque industrial que limita con el antiguo camino a Engativá entre la avenida el Dorado y el barrio Los Álamos.
A esa señora y a su leal acompañante, Sonia Galindo, las llamamos para que aclararan sus señalamientos contra la dirigencia de Soacha y ante las autoridades del municipio, pero jamás asistieron a ninguna de esas citaciones que les hicimos. Es necesario recabar: Adusep y Sintragroes siempre hemos condenado la violencia terrorista, venga de donde viniere.
Hoy la «Acción de Unidad Socioeconómica Popular adelanta una ingente actividad en defensa del derecho a la salud y a la calidad de vida en distintas localidades de Bogotá y desenvuelve su dinámica desde los mandatos de las sucesivas asambleas distritales convocadas anualmente, hace más de un lustro, por las comunidades y la secretaría distrital de salud. El trabajo conjunto Adusep–Sintragroes nos permite manejar las temáticas: agraria y salud.
Haber superado el escollo de la prohibición del trabajo con los campesinos mineros presentado en el XXV Congreso de la CTC, producto del sabotaje al trabajo entonces. Sabotaje adelantado por un sector favorable al régimen que hoy se ha quedado mudo y reducido a cuatro personas en la Confederación.
En Bogotá y Cundinamarca a finales de 2010 estuvimos en los municipios de Junín, provincia del Guavio, municipio cercano a donde se está explotando las minas de hierro en el municipio de Ubalá. La propietaria de esa mina es Paz de Río.
A comienzos del año de 2010 estuvimos en los municipios de Ubaté y Cucunubá —palabra muisca que significa «semejanza de cara»—, ésta es la tierra que vio nacer a Jorge Eliecer Gaitán por allá en 1898, se encuentra en la provincia del Valle de Ubaté y la población, casi en su totalidad, se dedica a la explotación de las minas de carbón en sus 129 bocaminas, que producen cerca 48.000 toneladas mes, algo así como el 43 % del carbón que produce el departamento de Cundinamarca. En la economía del municipio el carbón ocupa un 70 % de la economía del municipio y la ganadería el 15 % y la producción minifundista el 10 %, un 2,5 % areneras, receberas y chircales para la producción de ladrillo. El 2 % en comercio interno del municipio de medios de consumo y el 0,5 % en artesanías.
Los desastres producidos por las lluvias en algunos municipios de la Sabana de Bogotá —Mosquera, Funza– y en las áreas rurales de algunas de las localidades de Bogotá —Chapinero, Rafael Uribe Uribe, San Cristóbal, Usme producto, en lo fundamental, de la falta de prevención y corrupción perenne en licitaciones, contrataciones y otras de administraciones ineficientes.
SOBRE LAS ZONAS RURALES
* El área rural de Bogotá corresponde a 121.070 hectáreas, mientras que las zonas urbanas cuentan tan sólo con 42.591; sin embargo, en el área rural habitan sólo 15 mil habitantes de los 6.8 millones de bogotanos censados por el DANE.
* Las localidades con mayor cantidad porcentual de predios rurales son: Usme 24%, Ciudad Bolívar 24%, Sumapaz 16% y Suba 15%. El 21% restante corresponde a Chapinero, Santa Fe, San Cristóbal, Usaquén y Bosa en respectivo orden
* Según el Plan Maestro de Abastecimiento y Seguridad Alimentaria, las áreas rurales del Distrito Capital, aportan menos del 1% del consumo de alimentos de la ciudad .
El acuerdo que cursa en el Concejo de Bogotá tiene como objetivo la protección de las zonas rurales de los procesos ilegales de expansión urbana, el fortalecimiento a las personas en el manejo apropiado de dichas áreas, al igual que “la disminución de los índices de pobreza, el mejoramiento de las condiciones de calidad de vida, el ejercicio de los derechos políticos, económicos, sociales y culturales, (sin olvidar) la función social y ecológica de la propiedad” .
Si la capital es el principal mercado de alimentos del país y, de sus 121.070 Ha solo abastecen el 1 % de los alimentos ahí consumidos, muestra el fracaso de los planes distritales en materia de la ley de política pública de ruralidad, cuando éstos son opacados por el comercio urbanístico. Ese es un campo a explorar por parte de la CTC Bogotá y Cundinamarca.
Actividades que podríamos impulsar en otros departamentos, en el país y fuera de él
Tenemos invitaciones al sector rural de los municipios de Puente Nacional en Santander, donde se inicia el embate de las exploraciones petroleras. Encontrándonos con barreras de acceso a la información sobre las regalías a los municipios y pago a los propietarios expropiados.
En la Costa Atlántica las dinámicas de Festracol deben confrontar el desafío de impulsar el juicio de responsabilidades a los sectores negligentes con la política de prevención de desastres, máxime cuando el fenómeno de la niña fue anunciado con un semestre de antelación. Eso permitió un aumento en las tragedias anunciadas por las mismas comunidades, como es el caso ocurrido en el Canal del Dique. La prueba es que ahora si hay cómo arreglar ese canal en medio de las aguas desbordadas de las copiosas lluvias.
Esa tarea aun está por hacerse. La idea no es llover sobre mojado, sino adelantar una actividad que prevenga las tragedias futuras, que se van a dar por el calentamiento global y por la negativa de países como Estados Unidos, China, Brasil a firmar los acuerdos internacionales, como es el de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático el 11 de diciembre de 2010 en Cancún (México), donde Japón manifestó que no seguiría firmando esos documentos. Significando esa decisión que el gran capital le tiene sin cuidado el que sigan ocurriendo desgracias humanas, lo único que le preocupa es que no le ocurran desgracias al gran capital, que se reflejan en la mayor frecuencia con que ocurren las crisis económicas en el mundo. Por eso ni la propuesta de no sobrepasar 1,5 °C en el calentamiento global ni la de fijar compromisos para la reducción en la emisión de gases se logró, pues eso quebraría a las empresas petroleras. Empresas que subsisten gracias a que se suspendió la producción de energía obtenida a partir del agua, del helio, del aíre de la atmósfera, de la electricidad que hizo obsoletos los motores de combustión hace ya más de medio siglo. Pero esos descubrimientos han sido expresados en la destrucción de millones de vehículos eléctricos, de hidrógeno y otros, producidos hace años por la Ford, Toyota, Nissan y otras empresas automovilísticas. Pues la mafia del petróleo solo vive a costa de la destrucción ambiental, que se lleva a más de mil millones de habitantes a las hambrunas, a otros mil millones los amenaza con los cambios climáticos, pues para el mundo financiero el capital está, como vimos más arriba, sobre el derecho a la vida. Esa realidad debemos hacerla entender con claridad a toda la población colombiana y a buscar la integración de las organizaciones hermanas en el planeta.
Esa es una tarea que puede adelantar la CTC y, seguramente logrará muchos adeptos en el país y fuera de él. ¿Cómo comenzar esa tarea? Denunciando los contratos leoninos con las multinacionales en la explotación de recursos mineros energéticos en Colombia, a fin de lograr la solidaridad de los pueblos del mundo, con la idea de evitar esos crímenes ambientales contra los páramos y parques ecológicos de nuestro país.
Quienes desempeñamos cargos en la dirección nacional de la CTC asumimos, con ese hecho, una responsabilidad de actualidad, la de orientar el debate nacional contra la agresión imperialista en nuestro país, donde el primer paso debe ser la conformación de una escuela itinerante de formación político social, construida con base en el análisis de las causas y efectos de los problemas colombianos y con la búsqueda de salidas del tamaño de aquéllos, desde una visión de totalidad y una conciencia meridianamente clara por cambiar ese estado de cosas.
Teniendo el marco general podemos asumir las tareas concretas de acción emancipadora
1. La escuela itinerante estará ubicada en el campo social y será la base de la difusión de la teoría de la clase obrera, de la pedagogía de la emancipación y el método dialéctico
2. La generación de procesos de organización en acciones por rama de actividad económica o sindicatos de industria que le den salidas a la lucha reivindicativa del ejercito de trabajadores subcontratados —tercerización, cooperativas de trabajo asociado, empresas temporales y otras formas de bolsas de empleo— que impiden el acceso al trabajo decente
3. Organizar al sector rural por ramas de actividad económica, como es la economía solidaria —economía minifundista, pequeños y medianos procesadores de alimentos y materias primas agropecuarias, impulsores de la agricultura urbana, pequeños y medianos comerciantes de alimentos, pymes de conservación y procesamiento de alimentos, acopiadores de las Centrales de Abastos que están siendo perseguidos por los hipermercados con la mirada obsecuente del Estado—, pues la idea es competir con el régimen de manera armónica, dejando a un lado la desarticulación de los sectores productivos, desde la creación de cadenas integradas e intercomunicadas populares que cobijen el ciclo de producción, transformación, distribución, cambio y consumo
4. Adelantar las reuniones en la seccional Bogotá y Cundinamarca con la estrategia de una mirada que le quepa la ciudad y el departamento a toda la dirigencia de la seccional y actúe, no tanto desde su particularidad sindical, sino como un cuerpo vocero de la CTC que aglutina y orienta la lucha organizada por ramas de producción, en una constante crítica al modelo de desarrollo y a sus políticas públicas de transporte, salud, participación y otras
5. Hacer de la seccional Bogotá y Cundinamarca un foro permanente de debate sobre los problemas colombianos y sobre la búsqueda de soluciones del tamaño de esos problemas, aglutinando a los trabajadores y al pueblo en general alrededor de esos problemas, a fin de que pierdan el miedo a enfrentarlos, así irán asumiendo cada vez más un papel protagónico amplio y complejo en la discusión sobre las grandes decisiones nacionales, como es la instauración de una nueva formación económico social de corte democrático y popular
6. Adelanto de un balance de las actividades de cada una de las diez secretarías ejecutivas de la CTC seccional Bogotá y Cundinamarca coordinadas por la vicepresidencia, donde el debate de ese cuerpo colegiado, debe dar salidas colectivas a temas tan importantes como:
Secretarías Ejecutivas CTC Seccional Bogotá y Cundinamarca
S. Organización Sindical en Bogotá y Cundinamarca Sintraidu
S. Educación Formación y educación sindical y popular Sintrabrinks
S. de la Mujer Políticas con mirada de género Sindefonahorro
S. Relaciones Públicas Con entidades públicas y privadas Asdeber
S. Seguridad Social Exigibilidad al derecho a la salud Sinaltraeses
S. Niñez y Juventud Exigibilidad de los derechos del niño y jóvenes Asimujer
S. Transporte Derecho a la movilidad y al trabajo Sintracitp
S. Asuntos Agrarios Reforma agraria integral y democrática Sintragroes
S. Servidores Públicos Exigibilidad de la garantía de los derechos a la población Sinserpub
S. Trabajadores Independientes Generación de empresas de economía solidaria e informal Sintracoonal
S. Asuntos Laborales Exigibilidad a la garantía del derecho al trabajo decente Sintravecol
S. Asuntos Politicos Exigibilidad al derecho de libre asociación y participación política Aceb
7. De esa forma se irá configurando el plan de trabajo de 2011 de la CTC Bogotá y Cundinamarca y el programa de acción en el corazón del país
8. Las dinámicas de la seccional Bogotá y Cundinamarca deberán sintetizarse a fin de ser publicadas en piezas comunicativas escritas y magnéticas que debe estar como un Link en el Sitio Web de la CTC, y en la difusión con las comunidades debe acompañarse ese material con cartillas, audiovisuales y otros afines
9. La posibilidad de elaborar diez investigaciones durante el año de 2011 nos permitiría conformar de una parte la escuela de formación y de otra crear el dentro de investigación y documentación social de la CTC Bogotá y Cundinamarca
10. El criterio de trabajo para el adelanto de tan ingente tarea es el de ir conformando el frente de resistencia civil al modelo de desarrollo de recolonización económica del país más amplio y diverso, que a la vez vaya elaborando un modelo de desarrollo y una sociedad de corte nacional, democrático y popular
11. Adelantar un seguimiento de la política pública distrital agraria, con sus complementos directos: zonas de reserva campesina, plan maestro de abastecimiento y alimentación y seguridad alimentaria, comedores integrales comunitarios, agricultura urbana, centrales de abastos y de comercialización directa productor consumidor
12. Adelantar la crítica las denominadas locomotoras del plan de gobierno del gobierno de Juan Manuel Santos —minería, infraestructura, vivienda, ruralidad e innovación— y de la promoción de la resistencia civil a la implementación de las leyes de salud, de ley estatutaria de salud, de reforma tributaria y, sobre todo, contra el acto legislativo que pretende elevar a derecho fundamental el equilibrio fiscal estatal
Borrador a presentar para su aprobación, ajuste o cambio argumentado en la primera reunión de la seccional CTC Bogotá y Cundinamarca el día veintiséis (26) de enero (1) del año de 2011.

ANEXO 1
El regreso de las tierras a sus dueños. Artículo de María Elvira Bonilla
Enero 24 de 2011 | 06:01 AM. | Noticias
Chivolo parecía ser un nombre maldito. Se convirtió en uno de los símbolos del despojo a los campesinos por grupos paramilitares con la complicidad de funcionarios del Estado.

Allí, en parcelas que el Incora les había titulado en 1991, inició el paramilitar Jorge 40 el control a sangre y fuego del departamento del Magdalena. El 15 de julio de 1997 reunió en un rancho en la finca La Pola, en Chivolo, a los dueños de esa y otras fincas vecinas, como La Palizua y El Encanto, y les ordenó desalojar sus parcelas porque “las necesitaba para abrir la zona”. Convirtió la zona en un lugar estratégico e instaló allí su bastión paramilitar.
Pero también político. En marzo de 2001 firmaron el Pacto de Chivolo en una reunión de 400 líderes políticos de la región en la que Jorge 40 designó como candidato único para la Gobernación del Magdalena a José Domingo Dávila Armenta y señaló los candidatos para la Asamblea, concejos y alcaldías de 13 municipios. En esta reunión quedó definida la estrategia electoral para la contienda de 2002, en la que Álvaro Uribe llegó a la Presidencia y se conformó un Congreso con el 30% de representación paramilitar.
Fue tal el atropello, que Jorge 40, a pesar de haberse negado a colaborar en los procesos de Justicia y Paz, reconoció en las primeras audiencias haber ordenado el desalojo violento de los campesinos de Chivolo. A este horror se suma la manera fraudulenta y abusiva como funcionarios del recién creado Incoder, en 2003 les formalizaron los títulos a los nuevos propietarios. A través de un procedimiento administrativo declararon la caducidad de las primeras adjudicaciones aduciendo abandono de las tierras por parte de los beneficiarios, a sabiendas de la manera forzosa y violenta como debieron hacerlo, y mediante nuevas resoluciones las re adjudicaron a individuos como Tuto Castro, vinculados a Jorge 40. El director del Incoder de entonces era Jaime Maroso, muy cercano a Álvaro Uribe, del grupo de ganaderos vecinos del Ubérrimo en Córdoba.
Los funcionarios que actuaron directamente pertenecían a la regional del Magdalena y quienes no hayan sido aún judicializados, con la sentencia de la Corte Suprema de Justicia de la semana pasada terminarán en la cárcel. Ésta le ordena a la Fiscalía la apertura de instrucción por concierto para delinquir, testaferrato, enriquecimiento ilícito, falsedad, prevaricato, fraude procesal y demás delitos a quienes participaron de este despojo.
En un mes las 36 familias recuperarán sus tierras. Chivolo puede convertirse en el primer caso emblemático de la política de restitución de tierras en la que está empeñado el Gobierno Nacional en cabeza del Incoder. La sentencia de la Corte Suprema de Justicia que exige la devolución de los predios en 30 días es un espaldarazo a la tarea que se ha emprendido y la blinda de cuestionamientos como los que se ha empeñado en hacer el presidente Uribe y su escudero el exministro Andrés Felipe Arias, cuando fue precisamente durante su ministerio cuando la modalidad de Chivolo se replicó en más de una región del país. Los paramilitares lograron hacer de las tierras campesinas su botín de guerra y el Estado se hizo el de la vista gorda.